Existe un momento
postergado en tu corazón
Un aliento sinfónico
Que se eclipsa en la tarde
A veces aquel
caprichoso momento
Se vuelve sereno
como la lluvia
angustioso
como un llanto,
sublime
como una breve ilusión
Por las noches
Cuando te sientes sola
Y te dedicas
a echar un vistazo
al universo
Algún duende
Merodea juguetón
Por tu ventana
para espiarte
y robarte un suspiro
Mientras tu boca
Macera alegremente
una jugoza fruta
que refresca
la quietud de tu ser
Y escuchas los sonidos
Cómplices de la noche
En tu enredado laberinto
Se delatan las horas
Del hastío
Las teorías van y vienen
Vuela el pensamiento
Alrededor del sol
La silueta de un grillo
Desfila cautelosa
Por la habitación
La luna te observa
Ataviada en su vestido
Bordado de estrellas
El tic tac del reloj
Danza en tu cabeza
Tus pies se mueven
como una maquinita
a todo vapor
el sueño te vence
y de tus ojos
comienzan a salir
libélulas plateadas
mariposas resplandecientes
y una que otra hormiga
de color rosa
nada te parece extraño
todo es tan conocido
entonces emerges
como desde el mar
convertida en sirena
en princesa de cuento
en flor de campo
o en viajera sideral
pero no sabes
que al despertar
a tu lado veras
aquel reloj travieso
que te despierta
cada mañana
anunciándote
que el recreo
ha terminado
y que la vida
esta esperándote
para seguir el
Arduo camino
Hacia la eternidad.
Rosa E. Sánchez Gracia
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