Recuerdo las horas amantes
cuando el Sol me pertenecia
y las sombras de la noche
hacian un nido en la Luna
y me acurrucaba en ellas.
Cuantas veces fui
la estrella que danzaba
en la rueca del tiempo
y una lejana angustia
agitaba mi sueño.
Me olvide de la vida
tan solo fue una brisa
y recorde entonces
que el sueño era azul.
Rosa E. Sánchez Gracia
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