EL ESPEJO DE LEONARDO Por: Esperanza Sánchez Gracia " Hubo una vez alguien que podía contemplar el mismo espectáculo o el mismo objeto ya como lo hubiera visto un pintor o ya un naturalista, ya como un físico, y en otras ocasiones como un poeta; y ninguna de esas miradas era superficial " Paul Valery

Es el espejo, símbolo del racionalismo, un objeto del placer de la vanidad humana, el narciso que cada uno poseemos o ¿ simplemente un mecanismo por donde se reflejan otros mundos ?

Hacia donde dirigir la mirada de los tiempos , la antigüedad de las sombras es mas temprana que la inocencia de la luz , cuantas letras no se habrán perdido en la noche eternizada. Cuando una estrella alumbra los espacios infinitos de la mente, los genios se levantan de sus tumbas, es Leonardo el que camina entre nosotros, su espejo se proyecta en nuestras almas y pensamientos, todo esta en ruinas, los ojos, las manos, los pies, los lienzos, los colores, y el anciano de mirada oscura contempla una vela fijamente, ve solo su reflejo, ve las otras cosas que en el no se manifiestan, átomos errantes , moléculas explosivas convertidas en espacios, Leonardo se sienta iluminado de rostros e imágenes moribundas que fulguran desde su centro cromático, un gran eje mecánico ejecuta los movimientos , la luz de la vela eclosiona evocando un nuevo horizonte que aun para la ciencia los misterios no han de develarse. El siempre esta despierto, mientras los hombres duermen el sueño de la noche.

El artista vagabundo camina sobre las calles de Florencia, se percata que la claridad y la luz de la mañana no transitan solas, de la mano llevan a la barbarie y a la ignorancia, Leonardo al natural modesto e impaciente sueña con el hombre nuevo, y va de plaza en plaza buscándolo; busca en las profundidades de los cuerpos inertes , mientras se detiene a escribir toda clase de misterios se acerca al espejo contempla su frente y se percata que aun no ha descubierto el centro del universo. A pesar de todos los haces de luz que has atrapado , permaneces intacto ante la divina proporción de aquellos mundos que sabes que existen. Leonardo deja de respirar por un instante y se contempla como en una visión aurica y presiente que otros hombres nuevos resurgirán de sus divinas proporciones: Rafael, Miguel Ángel y nada de esto lo conmueve, por que solo el sabe donde termina el ombligo y donde comienza el circulo. Terminan otros siglos y presencias el renacer del nuevo hombre. Tu memoria se ha convertido en un inmenso mar , y en la suma de todas las partes, el dibuja la totalidad de los elementos, el día , la noche, el cielo, los ángeles, la madona y la esfera perfecta que engendran el tiempo de todas las memorias. Leonardo camina mas allá del espacio quántico, sobre un gran túnel donde la luz se desvanece, donde Dios y el hombre no son mas que una gran ilusión que nos lacera. Leonardo escribe sus ultimas cartas de cara a contra luz, la vela esta a punto de terminarse, la grandeza del creador se apaga y a cada llama centelleante , escribe con signos misteriosos que solo el espejo puede descifrar, interminables símbolos que desvaría su pluma y de pronto, su rostro se retrae a pesar de todo el caos a su alrededor intuye que ha alcanzado su propia salvación, pero sin duda sabe que su visión esta a punto de culminar, avanza vigorosamente con su decrepito cuerpo, comienza a trazar un dibujo entre las sombras yace frente al espejo, se mira fijamente mientras lentamente su figura aclara, el espejo asume el papel de un gran giroscopio en el cual están girando 12 soles, Leonardo es arrastrado por una espiral vertiginosa de aire y luz que se compacta en muchos colores al centro galáctico, sucesivamente una luz se va desprendiendo del fondo sin fin y van surgiendo dos extraños personajes: un dios y un hombre que reciben los dones del universo, es Leonardo el que emerge desde todos los puntos , su habitación se ha convertido en un Aleph. Se mira nuevamente, fascinado se da cuenta que ya no es el, que se ha convertido en otro ser. Observa una y otra ves aquel reflejo que le devuelve una imagen ambigua y tersa con una equivoca sonrisa, un paisaje simbólico y onírico, un sugestivo universo dilatado lo vigila a lo lejos, y piensa que a veces nuestros ojos estiman lo que mas nos ciega, por que tal vez la belleza de otros mundos esta enfrente de nosotros del otro lado del espejo esperándonos.